Buenos Aires.
13 de septiembre de 2012.
Comedor de empresa multinacional.
Mesa donde habitualmente me siento a almorzar.
Por diferentes motivos quedan libres tres lugares que habitualmente ocupan personas cercanas.
Personas con las que se charla y discute muchas veces de política.
Hoy esas sillas son ocupadas por otros conocidos no tan cercanos.
Frases escuchadas y a las que preferí no contestar:
"Por el bien de la gente blanca que se muera ya"
"Fui feliz cuando se murió el otro, espero poder ser feliz otra vez"
"Yo por lo menos me voy a tomar un whisky para festejar"
"No se murió, lo mataron y mal, por eso el cajón estaba cerrado"
"No, este hizo la de Yabrán que esta en una montaña de la Patagonia cazando alces"
"Es una psicópata mentirosa, que tiene que ver aumentar la asignación universal con inyectar plata en el mercado, no tiene nada que ver"
"Otra cadena nacional, no se da cuenta que nadie la banca mas"
"La gente no la quiere escuchar"
"Me hinchan las pelotas los boludos que hacen con la cabecita que sí como los perritos de los taxis y le aplauden las boludeces que dice"
Terminé de almorzar como pude y me fui, estos son los porteños que a Fito, a mí y a mucha gente nos dan asco, pero somos mejores que ellos y los dejamos hablar y proferir sus civilizados comentarios.